Muchos abogados temen enfrentarse, por primera vez, al acto del juicio y conseguir exponer en el mismo sus ideas de forma clara. «¿Conseguiré la satisfacción de los clientes?, ¿alcanzaré el éxito?», se preguntan. Nuestro socio Antonio Rodríguez Bernal escribe para Economist and Jurist cómo fue su experiencia y algunos consejos que le hubiera gustado recibir a él en su día y que consideramos de gran utilidad.
¿Cómo actuar en un juicio?
«A la hora de plantearse cómo desenvolverse en sala es preciso tener en cuenta que los jueces, siempre bajo mi punto de vista, agradecen que les faciliten su labor», explica. Con esto se pretende dar a entender que «siempre es preciso concreción y llevar las ideas a exponer de manera ordenada (…). Es necesario realizar nuestros alegatos de forma que faciliten la comprensión por quien debe decidir el asunto, que no es otro que el juez».
Es importante tener en cuenta, y no solo de cara a los primeros juicios, que la defensa dependerá de la posición que se ocupe en el procedimiento, pero que el punto de partida debe ser siempre «nuestra pretensión». «Ello requiere llevar los términos del debate a los puntos concretos relativos a dicha pretensión y no realizar preguntas con aspectos que no guarden relación con la misma. Por ejemplo, en un procedimiento de despido, no preguntar a un testigo si la empresa impaga salarios con carácter general o trata mal a sus trabajadores», afirma.
Siguiendo con las preguntas, nuestro socio recomienda hacer las preguntas siempre de forma concisa y concreta; así se facilitará el entendimiento por parte del destinatario y puede producirse el efecto deseado. Además, aconseja no utilizar tecnicismos, «por muy juristas que seamos». Hay que recordar que el Juez no es una figura técnica y que suele ayudarse de las que sí lo son para resolver según su criterio.
Concreta Rodríguez que «lo primero debemos conocer nosotros mismos muy bien el asunto y comprenderlo. Ello requiere conocer a fondo los hechos objeto de litigio y llevar el debate a los dichos hechos para, seguidamente, aplicar el Derecho que se derive de los mismos. Solo de esa manera conseguiremos que los otros entiendan y resuelvan a nuestro favor».
Como consejos añade también evitar preguntas sobre conceptos jurídicos, porque el juez ya conoce los mismos, y centrarse en los hechos; aplicar el principio «iura novit curia«, que permite a los jueces y Tribunales resolver los litigios con aplicación de normas distintas de las invocadas por los litigantes, aunque respetando siempre los hechos alegados y la causa de pedir; y hacer uso de «da mihi factum, dabo tibi ius«, es decir, «dame los hechos, yo te daré el derecho».
Por último, nuestro socio recomienda llevar siempre un guion que refleje las tres o cuatro ideas más importantes y que se consideran básicas para el éxito de la acción.
«En base a esas tres ideas, desarrollar nuestra exposición. Tampoco debemos olvidar que el trámite de conclusiones o informe es para valorar la prueba y no reiterar lo que ya hemos dicho en trámites anteriores, como demanda o contestación escrita o verbal según el procedimiento de aplicación. Por ello, es preciso realizar un adecuado seguimiento del desarrollo del juicio y tratar de llevar el mismo a los hechos que queremos exponer, toda vez que con posterior deberemos realizar una valoración de esas pruebas conforme a los hechos que queremos exponer. En definitiva, conocimiento y comprensión fáctica, adecuada estructuración de nuestras ideas, y brevedad y concisión en nuestra exposición», concluye.
Antonio Rodríguez Bernal, socio de Cuena & Gómez Aguilera Abogados